jueves, agosto 30, 2012
jueves, agosto 16, 2012
Me miro al espejo todas las mañanas
después de tener pesadillas y sueño con todas las catástrofes mundiales y no se
las cuento a nadie
No soy el perdón pedido mas de
cinco veces seguidas.
Soy más de trescientos pescados.
Soy lo servido más que lo
consumido.
Una mujer que ha perdido su
delicadeza femenina. Se ha transformado en una bestia.
Su llanto ha desfigurado su rostro,
su boca no tiene dientes.
Sus ojos están perdidos en una
oscuridad absoluta.
Ha dejado de ser un hombre y se ha
convertido en un animal rabioso.
Arrastra sus pies, y deja un surco
en el cuadro, va dejando un surco de pigmento.
El oro ya no está en su cuerpo de
zinc.
A corrompido su paraíso.
Ha bebido de su boca.
Me hundo en el pigmento oleoso.
Entre el amarillo y su pie.
Estoy dentro del cuadro.
Estoy tan cerca de llegar.
Me afirmo del portal y entro en una
mala perspectiva del asunto.
La acción se va poniendo cada vez
mas lenta.
En cámara lenta, cuadro a cuadro.
Las piernas rojas. Largas y firmes
piernas de hombre ensangrentadas.
Los ojos del fuego, la nariz del aire, la
boca del agua, las barbas de la tierra.
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