Cómo no complacer a los hombres hermosos, cómo no complacer a los hombres buenos y generosos, a esos tiernos hombres que nos cuidan y nos protegen, y vergonzoso y absolutamente e inmoral no hacerlo con los inmorales, así a las horribles almas egoístas y sus pocos honores, a esos horribles hombres llenos de odio en sus cuerpos atrapados, así también es divino y necesario ayudar a los cuerpos llenos de vigor y virtudes, es sano para nosotros satisfacerlos, esto es medicina, es ciencia. Es cuidar su salud, mejorarlos, hacerlos fuertes y saludables, mental y físicamente expandidos.
Porque para que más puede servir la ciencia y la medicina, sino es para el conocimiento, y a través de ellas amar. En aquellos que no hay amor. Entregarles conocimiento en tanta vacuidad, será para el medico entonces reconocer en esos hombres el amor y de los divinos hombres, distinguir entre el amor sano y el vergonzoso. Acercarse a lo bello y descubrir sus beneficios.
La medicina opera como un cambio saludable en el paciente, la medicina de un hombre bello puede dar amor y salud, y en aquellos que no hay a mor, debe aprender a sacarlo de su cuerpo para reconocerlo, y aplacarlo en el cuerpo del otro, hacer arte y fundarlo en su amigo. Sanarlo, y cuando un hombre está batallando en lo insano del otro, puede ser también un profesional de lo divino. Debe entonces este hombre, hacer convivir el amor y el desamor en su cuerpo para que pueda dar y recibir belleza de otro. Entendiendo la belleza como lo doble opuesto; lo frío de lo que hierve, lo desagradable de lo placentero, lo fluído de lo tenso y todas las cosas análogas y sincrónicas posibles en contraste. ..esta medicina de lo insano del cuerpo...este arte, esta gimnasia y agricultura. .. Los poetas lo cuentan y los hombres debemos creer en ellos, en sus palabras está el amor por lo bello. Lo bello e s el hombre dentro, es entonces como . ..
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