Pero
que
más
horroroso
y
bello
que
morir
por
el
amado,
como
Aquiles,
hijo
de
Tetis,
a
quien
lo
honraron
y
enviaron
a
las
Islas
de
los
Bienaventurados,
porque
tuvo
la
osadía
de
preferir,
al
socorrer
y
vengar
a
su
amante
Patroclo,
no
sólo
morir
por
su
causa,
sino
también
morir
una
vez
muerto
ya
éste.
De
aquí
que
también
los
dioses,
profundamente
admirados,
le
honraran
sobremanera,
porque
en
tanta
estima
tuvo
a
su
amante.
Y
Esquilo
desbarra
cuando
afirma
que
Aquiles
estaba
enamorado
de
Patroclo,
ya
que
Aquiles
era
más
hermoso,
no
sólo
que
Patroclo,
sino
también
que
todos
los
héroes
juntos,
siendo
todavía
imberbe
y,
por
consiguiente,
mucho
más
joven,
como
dice
Homero.
Es así que la crítica y la sátira se van haciendo tragedia... Allí, en el seno de este teatro abominable, tiene lugar una batalla encarnizada entre dos ideas brujas que flotan en mitad del aire. Flotarán sobre nuestras cabezas com o moscas en verano, atontadas por el calor o por el calor de nuestros pensamientos quemados.
Es así que la crítica y la sátira se van haciendo tragedia... Allí, en el seno de este teatro abominable, tiene lugar una batalla encarnizada entre dos ideas brujas que flotan en mitad del aire. Flotarán sobre nuestras cabezas com o moscas en verano, atontadas por el calor o por el calor de nuestros pensamientos quemados.
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