martes, junio 28, 2005
Barbara sola
Cuando te veo en los ojos.
Cuando te miro con mis ojos y me veo en los tuyos.
Cuando en tus ojos veo como te miro.
Creo que existo por ese lapso de tiempo entre pestañeo y pestañeo. Creo en la posibilidad de verme reflejada fundida a lo demás. Y pensar que por ese lapso de tiempo las cosas que alcanzo a ver reflejadas y yo existimos a la vez. Es entonces que pienso que sólo tus ojos pueden darle sentido a las cosas y a mí, pero no es así. Tus ojos sólo alcanzan a darme ese atisbo de lucidez. Es así que la forma en que me miras no es tan importante. Es decir.
MIENTRAS ME REFLEJO E IDENTIFICO, MIENTRAS DIGO YO Y EL MUNDO?
No me importa si mientras sucede esto me dices: te quiero.
Ya que sólo busco verme en ellos cada ocasión que tengo.
De esta manera tus ojos y los míos tienen tanta importancia como lo es saber que tú y yo ya somos dos extraños y no me interesa en lo absoluto el sólo hecho de pensar que cuando me miras con esos ojos que sólo tú sabes poner, me dices:
Que no te quieres ir porque me quieres y que por eso te quedarás acá conmigo.
Y me molesta que intentes llorar.
Y es que quiero que la cortes, que no sigas con eso, que me comienzo a sentir extraviada o extranjera. Así que dejo de mirarte y cierro los ojos por un par de segundos.
TODO NEGRO POR UNOS SEGUNDOS.
Dejo que limpies tus lágrimas en mí y ahora sí te puedo decir: ven.
fragmento de Homonimo, el nuevo texto
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario